FERIA DE ABRIL
Pasó montado a caballo
cuando lo vi desde
lejos,
el me miró de soslayo
bajo el ala del
sombrero
y yo seguí por mi lado
cogiendo un paso
ligero.
¡Ay madre como miraron
aquellos ojazos negros!
Caireles de terciopelo
en el chalequillo
corto,
estrellas en la mirada
que me deslumbran de
pronto…
y es tanto el calor
que siento
que sin querer me
sonrojo.
Madre, ¡con su mirada
me levantó aquél sofoco!
Notó lo que yo sentía
y se bajó del caballo
sin soltarse de la
brida
para decirme un
halago;
al requiebro y la
sonrisa
sin pensarlo... yo me
paro.
¡Y madre!, cómo latía
mi corazón desbocado.
Era en la feria de
Abril
cuando me invita, y le
acepto
el ir montada en la
grupa
de su caballo al
paseo,
con mi traje de
flamenca
y con mi flor en el
pelo.
¡Que no sabes madre tú, como son sus ojos negros!
¡Que no sabes madre tú, como son sus ojos negros!
Ángeles Asensio
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